Hace 4 años y unos 7 meses que me compré un portátil Macbook Pro, en concreto el Macbook Pro 15″ de finales de 2008. Se trataba del primer Macbook Pro construido integramente en un bloque de aluminio monocasco (unibody). Ese fue mi paso para pasarme a Mac, y desde entonces que casi nunca uso Windows.

En estos años, el portátil me ha acompañado a todas partes: a mis clases, a mis charlas y cursos, tanto en casa como en mi despacho o en empresas, y durante todo el proceso de redacción de mi Tesis doctoral. El portátil lo he tenido encendido prácticamente a diario en los últimos cuatro años, unas 8, 12 o más horas diarias … y la mayor parte del tiempo conectado al enchufe. Le he metido verdadera caña! programando con él, haciendo transferencia de gigas y gigas de información, compilación de documentos en LaTeX y cálculos intensivos para los experimentos de mi Tesis.

Los síntomas

En el último mes noté algo extraño… a mitad de una clase, no podía hacer clic con el trackpad del Macbook Pro. El trackpad estaba como duro y tenía que hacer mucha fuerza para poder hacer el clic físico. Tampoco detectaba el clic suave con la yema del dedo. Al principio pensé que se trataba de algún proceso que bloqueaba el ordenador, incluso pensé que la culpa la tenía el dichoso powerpoint de Microsoft para Mac. Pero probé a conectar un ratón USB, otro bluetooth y tampoco detectaba los clics con el ratón externo. Otro síntoma era que el ordenador estaba caliente, tal vez un poco más de lo normal. 

La prueba

Después de leer y buscar en internet, para comprobar el origen del problema hice la siguiente prueba: quité la batería (con el Macbook Pro enchufado a la corriente) y mágicamente recuperé el funcionamiento del trackpad (tanto clic físico como suave).

El diagnóstico

El problema estaba en la batería. Con el tiempo, las baterías se degradan por uso y envejecimiento, y las baterías del Macbook Pro no son una excepción. Una manera de conocer la edad de una batería es con el programa gratuito Coconut battery. Como podéis en la siguiente imagen, mi batería ya tenía una antigüedad de 55 meses, 105 ciclos de carga, y una merma de capacidad de carga del 30% (unos 1400 mAh menos de autonomía).

El verdadero problema no estaba en la merma de capacidad de carga, sino que con el tiempo, la batería se había deformado ligeramente… hinchándose y curvándose por la parte central. Esta deformación se hace mayor con el calor y la dilatación; y desde el interior del ordenador la batería empuja hacia arriba el trackpad. Como las tolerancias del Macbook Pro son muy estrechas, la batería hinchada impide el movimiento hacia abajo de clic del trackpad. Y además, al parecer también hace que se envie al sistema un evento constante de MouseUp, impidiendo controlar el ordenador con un ratón externo (cuyos eventos serán ignorados).

La solución

La solución es sencilla: cambiar la batería por una nueva. Aunque existen baterías compatibles de otras marcas, yo me he decidido por una original de Apple que espero que dure hasta la futura renovación de portátil.

La siguiente imagen, muestra una comparativa de la batería nueva (a la izquierda) y la vieja (a la derecha). Observa que mientras que la nueva es completamente plana sobre la mesa, la vieja está curvada por el centro (ligera forma de U). Para reflejarlo en la foto, he colocado una moneda debajo de uno de los extremos y he dejado el otro lado sobre la mesa. La batería no está inclinada por acción de la moneda, sino que la moneda cabe bajo la deformación de la batería.

La mitad del espesor de la moneda (aprox.) es la distancia de empuje al trackpad desde dentro por la deformación de la parte central de la batería (U invertida). Como sabrás, al no estar integrada, cambiar la batería en este ordenador es un juego de niños.

Y enseguida ya tienes el ordenador como nuevo, y lo puedes volver a cargar para tener plena autonomía.

Conclusiones

Me decidí a escribir sobre esto por dos motivos. En primer lugar por si a alguien le sucede lo mismo y esto le puede ayudar. Y en segundo lugar a modo de reflexión sobre la afirmación de que ‘los Macs son ordenadores caros’.

Efectivamente, comprarse un ordenador Apple no es algo barato comparado con otras marcas del mercado. Pero ¿y la rentabilidad de la inversión? Siempre he pensado que si el ordenador lo compras para trabajar, debe ser una inversión rentable. Te debe facilitar tu trabajo, hacerte más productivo, hacerte disfrutar de las miles de horas que ‘desgraciadamente’ pasamos delante del ordenador, ser robusto y no hacerte perder el tiempo y tus valiosos trabajos, etc. Pero además, debe ser rentable económicamente.

En mi caso, he hecho un pequeño cálculo sumando los gastos del ordenador (de compra, de ampliación de RAM, renovación del sistema operativo, y sustitución de la batería) y dividiéndolo entre los días de uso (desde la compra hasta hoy)  = 1.09 euro/día

Mi ordenador funciona como el primer día (incluso mejor por algunas mejoras del sistema operativo y la RAM), y hasta hoy me ha costado apenas 1 euro al día. Este coste irá disminuyendo a medida que pasen los días hasta su sustitución. Sin considerar los beneficios de mi trabajo con él, donde por supuesto está amortizado desde hace tiempo, ¿pensáis que es un ordenador caro?

Como apunte final, diré que mi portátil anterior al Macbook Pro fue un HP Pavilion tx1000 TabletPC. Al que también le metí mucha caña y que en menos de dos años su estructura de plástico se deformó entera por el calor del procesador. Todavía tengo este ordenador, y cuando lo dejo sobre la mesa… baila.