Investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) han desarrollado materiales plásticos con cáscara de almendra molida para la fabricación de juguetes, ya que permite obtener productos con aspecto similar a la madera, según informaron hoy fuentes de esta institución.
Los investigadores del Grupo de Caracterización y Procesado de Materiales Plásticos (GPCMP) de la Escuela Politécnica Superior de Alcoy (EPSA) desarrollaron este método que permite obtener piezas de plástico con un aspecto similar a la madera.
Estas propiedades se logran por medio de la adición de cáscara de almendra molida que proporciona al producto final un aspecto similar al de la madera tanto en color como en la textura, señalaron las mismas fuentes.
El método desarrollado por los investigadores de la UPV consiste en el desarrollo de materiales con aspecto similar a la madera que puedan transformarse mediante la técnica de moldeo rotacional o rotomoldeo.
"Esta técnica consiste en centrifugar un polvo fino termoplástico dentro de un molde cerrado, obteniéndose piezas huecas y de gran flexibilidad. Este proceso se utiliza, por ejemplo, en la fabricación de muñecas y balones, pero también en la producción de contenedores, kayaks, adornos, accesorios para muebles como tiradores y piezas ornamentales", explicó el profesor José Enrique Crespo , investigador del citado grupo de la Escuela Politécnica Superior de Alcoy.
Para obtener este nuevo material alternativo a la madera, primero se mezcla PVC en polvo con un plastificante no tóxico y biodegradable, que dan lugar a una pasta viscosa llamada plastisol. Posteriormente, se añade a dicha pasta la cáscara de almendra molida, formando una masa que es la que se somete al proceso del rotomoldeo.
"Tras este proceso, tenemos ya la pieza de plástico definitiva, con un aspecto muy parecido a la madera, tanto en el color como en la textura, que variarán dependiendo de la cantidad y granulometría del polvo de cáscara de almendra empleada", apuntó Crespo.
Este nuevo material permite, además de obtener productos parecidos a la madera por moldeo rotacional, favorecer el reciclado de la cáscara de almendra, residuo proveniente de los partidores de almendra.
"La utilización de la cáscara de almendra en la obtención de estos materiales conlleva también un beneficio medioambiental, ya que, por un lado, favorece el reciclado de este residuo, y por otro, se trata de un aditivo natural y no contaminante, al contrario de lo que sucede con los plastificantes, colorantes o estabilizantes al calor empleados actualmente en la obtención de piezas de geometría hueca, que no se pueden realizar mediante otras técnicas", añadió.
La cáscara de almendra se recicla ya en la actualidad para uso cosmético, agrario (abono) o el alimentario en piensos para animales. "Ahora, con este proyecto logramos aplicarlo a uno de nuestros motores económicos, el juguete, consiguiendo un producto más sostenible y con unas propiedades que hoy por hoy no existen en el mercado", destacó Crespo.
Entre las aplicaciones de estos materiales destaca el sector juguetero, uno de los principales motores de la economía alicantina, cuya producción se basa en gran medida en la utilización de PVC plastificados.
Según este investigador del Grupo de Caracterización y Procesado de Materiales Plásticos de la EPSA, la adición de la cáscara de almendra permitirá aumentar la competitividad del sector juguetero, ya que, dijo, permite fabricar piezas complejas con un coste económico pequeño.
"Cuanta más cantidad de cáscara de almendra molida añadamos, menos PVC y menos plastificante nos hará falta emplear. Esto redundará en un abaratamiento del proceso de obtención del plástico y, en último término, del juguete en el que se vaya a utilizar, garantizando de este modo una mayor competitividad en el mercado", aseveró Crespo.
Además del sector juguetero, el material desarrollado por los investigadores de la Escuela Politécnica Superior de Alcoy puede aplicarse también en otros sectores productivos de interés económico en la Comunidad Valenciana, como son el mueble y el automóvil.
En el caso del mueble, permitiría obtener piezas de plástico similares al aglomerado, "pero con una estética más atractiva y un coste menor". Mientras que en el sector automovilístico podría aplicarse en la producción de piezas auxiliares y de interiores, como asideros o diversos componentes del salpicadero, concluyó el profesor Crespo.