Esta semana me ha pasado algo interesante y sorprendente que quiero compartir. Aunque para ello debemos comenzar la historia desde el principio:
Introducción
Resulta que en la Escuela tenemos desde hace años un timbre que indica la hora de entrada y salida de clase. Hasta aquí todo normal, sino fuera por que más que un timbre parece una bocina. La bocina tiene un sonido muy estridente y molesto. Un compañero midió el nivel de ruido y alcanzaba los 100 dB!! cada vez que sonaba. Además, el timbre está programado con unos intervalos horarios antiguos (antes todas las asignaturas tenían el mismo horario) que no se ajusta a los horarios actuales (donde cada asignatura y titulación tiene un horario diferente). Esto ocasiona que la bocina acabe sonando en medio de una clase o práctica e interrumpiendo el discurso y molestando con su ruido. Para acabarlo de arreglar, encima de la puerta de mi nuevo despacho hay dos hermosos altavoces… podéis imaginaros que delicia trabajar e intentar concentrarse.
Desarrollo
Bueno, el caso es que escribí a mis compañeros/as un correo-e exponiendo la situación y para sugerir que se hiciera algo al respecto. Mi primera alternativa propuesta (y la más barata) era desconectar el timbre y claro! (como era razonable y gratis) me hicieron caso enseguida y por fín ya no hay ruido.
(y ahora viene lo divertido): Me sorprendió la gran cantidad de correos-e de otros profes que estaban de acuerdo y que habían pensado lo mismo que yo pero, que nunca habían tenido tiempo para hacer dicha propuesta. Pero lo mejor, fue que tomando café otro compañero me dijo que en su clase tenía alumnos que 'imitaban el sonido del timbre'. jajajajaa… enseguida nos pusimos a desvariar… "es igual que en la naturaleza" dije yo… "algunos animales evolucionan y aprenden a imitar (mimetismo) a otros más peligrosos para sobrevivir (por ejemplo el sonido de la serpiente de cascabel, o los dibujos y colores de alguna otra especie venenosa como la serpiente coral)" … jajjaja
Ahora resulta que nuestros alumnos para sobrevivir al 'ecosistema de la Universidad' han aprendido a imitar el sonido del timbre de clase (aposematismo)… y claro, 'el profesor confundido' piensa que ha terminado su tiempo y acaba antes la clase. Los alumnos consiguen su propósito, y así sus cerebros pueden recuperar su temperatura normal.
Otro ejemplo similar de la naturaleza es el 'ave lira', en el siguiente vídeo de David Attenborough podéis verla (y sobretodo escucharla) en acción:
Conclusión
Estoy contento de que ya no suene el dichoso timbre, pero a la vez me siento muy culpable. Mira tú que si con mi acción he cambiado el ecosistema y produzco una extinción… ¿se debería volver a conectar el timbre-bocina? ¿evolucionarán los alumnos en otra dirección? ¿qué pensais al respecto?
PD.- esta historia es completamente verídica.